No tiene objeto que discutan ni riñan entre uste-
des. Examinen, experimenten, y luego conocerán
la verdad. Guarden silencio mientras estén aún
indecisos o dedicados a evaluar. No proclamen
nada antes de estar convencidos. Por supuesto,
deben descartar todo mal en ustedes mismos,
antes de que puedan tratar de evaluar el miste-
rio. Cuando amanece la fe, es muy importante
cercarla con disciplina y autocontrol. Así como
el tierno brote es custiodado por un cerco, para
protegerlo de las cabras y las vacas, así también
ustedes deben mantenerse lejos de la multitud
de cínicos y escépticos. Cuando la fe de ustedes
crezca hasta ser un gran árbol, ese mismo gana-
do que quería comerse a la joven planta, ahora
se recostará y descansará bajo la sombra del
árbol que se ha expandido con muchas ramas y
hojas. -BABA