Entre los instrumentos usados por todos,
el cuerpo, con sus manos, ejecuta
fácilmente el pensamiento que se haya
expresado en palabras. La acción,
el trabajo, la labor a que se dedica
la mano del hombre, es para todos
la fuente de la felicidad o de la penuria.
El ser humano afirma que es feliz,
o que está ansioso y asustado,
o que tiene dificultades. Atribuye
la causa de estas condiciones a
alguna persona, no a sí mismo.
Esta creencia reposa sobre una
base errónea. La felicidad y la
penuria se deben a nuestras propias
acciones. Ya sea que aceptemos
esta verdad o la rechacemos, tenemos
que pasar por todas las consecuencias
de nuestras acciones. Ésta
es la ley de la naturaleza.
-BABA
No hay comentarios:
Publicar un comentario