Ofrece tu corazón y tu vida entera al Señor. En-
tonces tu adoración te transformará y te trans-
mutará, tan rápida y completamente, que tú y
Él se fundirán en Uno. Serás transformado, co-
mo la roca es transformada por el escultor en
una estatua que merece la adoración de gene-
raciones de personas sinceras. En ese proceso
tendrás que soportar muchos golpes de marti-
llo y muchas heridas de cincel, ya que Él es el
escultor. ¡Sólo está liberándote de la petrifi-
cación! No desprecies al tiempo, ni desperdi-
cies esta vida y este cuerpo yendo tras fines
insignificantes. Esta vida es parte del largo
peregrinaje, que comenzó cuando naciste, y
puede que tampoco termine cuando mueras.
Nunca olvides este hecho. Sé puro, alerta y
humilde como lo son los peregrinos. Atesora
las cosas buenas y las verdades que ves y
oyes. Úsalas como apoyos e incitaciones
para etapas más avanzadas en el viaje de
tu alma. -BABA
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