El Señor es el Kalpatarú (el árbol divino que
concede los deseos), que da cualquier cosa
que se le pida. Pero hay que acercarse al ár-
bol y desear lo que uno quiere. El ateo es la
persona que se mantiene alejado del árbol.
El teísta es aquél que se ha acercado. El ár-
bol no establece ninguna diferencia; concede
bienes a todos. El Señor no castigará ni se
vengará si no Le reconoces o veneras. Gána-
te el derecho a dirigirte al Señor sin miedo,
y el derecho a solicitar tu herencia. Debes
llegar a ser tan libre, que cuando te dirijas
al Señor, de ti no surja la alabanza. La ala-
banza es signo de distancia y de temor.
-BABA
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