En tanto haya en ustedes un rastro de ego, no
podrán ver claramente al Señor. El ego es la
cortina que incluso los nobles santos solicitan
al Señor sea quitada de sus mentes. El egoísmo
será destruido si se dicen a sí mismos constan-
temente: "Es Él, no yo." "Él es la fuerza, yo no
soy más que el instrumento." Mantengan siem-
pre Su Nombre en la boca, contemplen Su gloria
cada vez que vean u oigan cualquier cosa hermo-
sa o grandiosa; vean al Señor mismo en todos.
No hablen mal de los demás, vean en ellos sólo
lo bueno. Den la bienvenida a toda posibilidad
de ayudar, consolar y alentar a otros a lo largo
del camino espiritual. Sean humildes. Nunca
se enorgullezcan de su riqueza, estatus, auto-
ridad, conocimientos o clase social. Dediquen
todas sus posesiones físicas, habilidades men-
tales y logros intelectuales al servicio del Se-
ñor y Su Gloria.
-BABA
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