Deben ejercer una vigilancia constante
sobre sus sentimientos y reacciones.
Deben dejar afuera el egoísmo, la
envidia, la ira, la codicia y demás
tendencias negativas e impedir
que penetren en sus mentes.
Son redes que les mantienen
prisioneros. Esos vicios les
abruman, y subyugan lo más
sagrado de ustedes, de manera
que no puedan ser influenciados.
De tal manera que se olviden de
sí mismos y se comporten como
alguien en estado de frenesí.
Parlotearán según los dictados
de sus bocas, sin fijarse en el
efecto, si es bueno o malo.
Dedicarán sus manos a los trabajos
que las manos elijan. ¡Estén
atentos, y mántenganlas bajo
control! Si disciernen cuidadosamente,
les reconocerán por las buenas
compañías que mantienen, los
buenos trabajos en que se deleitan
y las buenas palabras que pronuncian.
-BABA
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