Tu manera de hablar debe ser siempre
correcta. Nunca utilices palabras du-
ras. Habla suave y dulcemente. Es por
eso que a veces les digo: "No siempre
pueden agradar, pero siempre pueden
hablar agradablemente". Di lo que ten-
gas que decir, sin aspereza. Habla sua-
vemente, de modo que sólo pueda oir-
te la persona a la que van dirigidas tus
palabras. Debes cultivar este habla sua-
ve y dulce. El ver lo bueno, escuchar lo
bueno y hablar lo bueno conduce a
pensar lo bueno. "De tales pensamien-
tos, tales resultados." Los buenos pen-
samientos conducen a la acción correc-
ta. Sin buenos pensamientos, no es po-
sible llevar a cabo buenas acciones. Los
buenos pensamientos no pueden adqui-
rirse por leer las Escrituras, ni escuchar
las enseñanzas del preceptor. A través
del esfuerzo propio, puedes dar un buen
uso a tus sentidos del oído, tacto, forma,
sabor y olor. Sólo tu propio esfuerzo puede
asegurar una práctica espiritual adecuada.
-BABA
No hay comentarios:
Publicar un comentario