La simple limpieza exterior no es suficiente;
debes limpiar tu mente, y cultivar la pureza
interior. Recuerda: el omnipresente Dios re-
side en el interior de cada uno. Debes aspi-
rar a la felicidad de los demás, y trabajar
por ella. La auténtica celebración reside en
que cada uno comparta la felicidad del otro.
Da felicidad a los demás; sólo entonces ten-
drás derecho a recibirla de los demás. Prac-
tica siempre el "Dar y Recibir". Esfuérzate
por el bienestar de todos, no sólo del tuyo
y el de tu familia.
-BABA
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