El Dios de la Muerte, Yama, es llamado tam-
bién Kala, que significa tiempo. El tiempo es
el auténtico Dios de la Muerte. El tiempo no
conoce la piedad; cuando el tiempo se termi-
na, tienes que partir. Cada día, tu intervalo
se ve acortado en veinticuatro horas. Se di-
ce que el Dios de la Muerte lleva una cuerda.
Él no posee una fábrica de cuerdas, para arras-
trar hasta su casa a todos los millones de per-
sonas que mueren. La persona que muere ya
tiene la cuerda confeccionada, y puesta en
torno a su cuello. Cada uno teje esta cuerda
a través de cada acto, efectuado durante sus
años de vida, actualmente o en el pasado.
Los actos ejecutados con egoísmo, con inte-
rés personal, o con la mirada puesta en las
consecuencias favorables, hacen más larga
la cuerda y la retuercen para que sea más
fuerte. Las buenas acciones, efectuadas
con un espíritu de dedicación, no añaden
longitud ni fuerza a la cuerda. Dan, en
cambio, paz y felicidad en abundancia.
A partir de hoy resuélvete a ver a los de-
más sólo lo bueno, y a cultivar lo bueno
en ti mismo. Éste es el mejor sadhana
(práctica espiritual).
-BABA
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