El impulso interior de vencer a la ilusión (maya),
entregándose al Señor, sobreviene como resul-
tado de méritos acumulados en muchos naci-
mientos. Aquellos que tienen a los deméritos
como su ganancia, persiguen el fugaz placer de
los sentidos. Como los pájaros y las bestias, se
regodean en la comida y el jolgorio como pro-
pósito en la vida, y no abrigan ningún pensa-
miento acerca de Dios. Les desagrada la com-
pañía de los virtuosos y los buenos, se extra-
vían lejos de las buenas acciones y llegan a ser
proscritos en el ámbito de Dios. Por el contra-
rio, aquellos que han ganado méritos se esfuer-
zan por crecer en virtud, cultivan pensamien-
tos elevadores, meditan en la Divinidad y La
anhelan. Tales buscadores pueden ser atraí-
dos hacia el Señor, a través de sufrimientos
o carencias, o por la sed de conocimiento, o
por un agudo interés por obtener sabiduría.
Pero el hecho de que se vuelvan hacia el Se-
ñor en busca de alivio, demuestra que han
crecido hasta el camino superior, a través
de muchos nacimientos.
-BABA
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