Cultiva el apego al Señor, quien estará
siempre contigo, dondequiera que va-
yas. Sólo los años que has vivido con
el Señor y para el Señor se cuentan co-
mo realmente vividos. Cultiva prema
(amor divino) hacia Él, ese paramama-
prema (amor supremo) del cual Él es
la encarnación. Nunca des cabida a
dudas ni vacilaciones, ni a preguntas
para someter a prueba el amor del Se-
ñor. No abrigues preguntas tales co-
mo "¿Por qué no terminan mis proble-
mas? ¿Él no me quiere lo suficiente?
¿Por qué Él me ignora? ¿Por que no me
habla?". Nunca pienses que Dios no
se ocupa de ti, ni que no te conoce.
Dios está lleno de amor desinteresa-
do, y en verdad te cuida siempre. De
hecho, cada acto Suyo es por tu bie-
nestar. -BABA
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