El primer prerrequisito para llevar una vida
espiritual es la fe. Tu fe debe soportar el
ridículo del ignorante, los reparos del mun-
dano y la risa del soez. Cuando alguien te
ridiculice, pregúntate: "¿Estás ridiculizando
mi cuerpo? Eso está muy bien, de todos mo-
dos necesito evadirme de este apego al cuer-
po. ¿Estás ridiculizando al Atma? Eso es im-
posible, pues el Atma está por encima de las
palabras y los pensamientos, ni le afectan
el elogio o la censura." Segundo: no te preo-
cupes por los altibajos, las ganancias o las
pérdidas, la alegría o la pena. Tú mismo
creas los altibajos, y por lo tanto también
puedes enderezarlos. Ansías una cosa, y
cuando la obtienes, a eso lo llamas alegría;
cuando no la obtienes, lo llamas pena. Su-
prime las ansias, y no habrá más fluctua-
ción entre la alegría y la pena. Tercero:
razona, y convéncete de la verdad de que
todo es divino (Sarvam Brahmamayam).
Cuarto y final: sé siempre estable en la
práctica espiritual, hasta que alcances la
meta. -BABA
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