Así como el pez sólo puede vivir inmerso
en el agua, el ser humano es una animal
que sólo puede vivir bien cuando está in-
merso en la bienaventuranza (Ananda).
Debemos tener Ananda no sólo en casa y
en la sociedad, sino también, y lo que es
más importante, en el corazón. De hecho,
el Ananda en el corazón esparce alegría en
derredor. El corazón es la fuente de dicha,
que tiene que ser cargada mediante la me-
ditación constante, la recitación y la per-
manencia intermitente en la gloria, la gra-
cia y las manifestaciones del Señor (Sma-
rana, Chetana y Manana). Sin dar cabida
a la duda ni a la desesperación, aférrate a
la meta y nunca retrocedas. El que se de-
dica a Dios no conoce el fracaso. El Nom-
bre del Señor, si es tomado sinceramente,
te ayudará a superar todos los obstáculos.
Cuando el Salvador está a tu lado, ¿por
qué dudar si serás salvo?
-BABA
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