Aprende a adquirir dicha y paz en tu vida,
mediante el estudio de las Escrituras, o de
los sabios que las han conquistado. Adhié-
rete asiduamente al camino, aunque reci-
bas agudas críticas o duras condenas. Nun-
ca permitas que te molesten la risa cínica
ni los comentarios; nunca podrían dañar a
un aspirante espiritual. ¿Puede acaso una
tormenta dañar a la cordillera de los Hi-
malayas? Que tu fe en la meta o en el ca-
mino, no vacile ante los problemas ni las
pruebas, las tareas o los trabajos, el su-
frimiento o la desesperación. Todos ellos
no son más que nubes pasajeras, que pro-
yectan sombras temporales, y ocultan por
un instante la gloria del sol o la luna. No
te distraigas debido a la duda o la depre-
sión. Edifica la mansión de tu vida sobre
cuatro fuertes pilares: la virtud, la rique-
za, el deseo y la liberación (Dharma, Ar-
tha, Kama y Moksha), tal como los esti-
pularon los antiguos sabios - cada pilar
sujeto fuerte y seguro a los demás. Nun-
ca permitas que estos pilares se inclinen
o caigan, como hacen hoy algunos indi-
viduos, comunidades o naciones.
-BABA
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