Como una lámpara encendida, la Gloria de
Dios se esparce por todo alrededor, sobre
todos los que llegan a Él y aman estar cer-
ca de Él. Pero si interpones una pantalla
que te cancela la luz, sólo puedes culpar-
te a ti mismo si la Gracia no brilla. Abre
las puertas de tu corazón y deja que pe-
netre la luz solar de la Gracia de Dios,
iluminando todos los rincones y expulsan-
do a los vicios. Para recibir en tu recep-
tor de radio el programa deseado, tienes
que encenderlo y sintonizarlo. Este es-
fuerzo es ineludible. Cree, esfuérzate y
triunfa - éste es el mensaje de los textos
sagrados. -BABA
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