Los estadistas y representantes elegidos declaran
que están haciendo lo mejor que pueden para de-
sarrollar los recursos naturales y humanos, y pro-
veer a la gente, en base a esos recursos, de ali-
mentos, techo, educación, empleo, seguridad y
salud. Pero se descuida el desarrollo de los re-
cursos morales y espirituales, y la provisión de
paz y felicidad espiritual es ignorada. La felici-
dad y la paz no ocurren necesariamente cuando
la gente está bien alimentada y vestida, con-
fortablemente alojada y altamente educada y
bien empleada, o cuando no hay errores en ma-
teria de salud y seguridad. Hay una gran canti-
dad de personas que tienen todo esto en abun-
dancia, pero aún así están preocupados, adolo-
ridos o descontentos. La paz y la felicidad de-
penden de lo que existe adentro, y no de la ha-
bilidad o riqueza exteriores. Cada ser es fun-
damentalmente divino, de manera que cuanto
más manifestemos los atributos divinos del
Amor, la Justicia, la Verdad y la Paz, más ale-
gría podremos dar y recibir.
-BABA
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