Nacer como ser humano es un gran golpe de
suerte. Porque sólo los seres humanos pode-
mos lograr el estatus de la Divinidad, al re-
conocer la realidad de nuestro ser. Ninguna
bestia o ave puede alcanzar esa altura de
concienciación. Sería muy trágico si en lu-
gar de valorar la posibilidad y utilizarla, la
malgastáramos por aquí y por allá, murien-
do sin haber percibido la luz interior. Us-
tedes nacen como consecuencia de las ac-
tividades a las que se han dedicado en sus
nacimientos previos. Comprendan clara-
mente que en temas espirituales, la fe es
el requisito básico para el progreso. Su fe
debe ser cuidadosamente custiodada. So-
métanse al Señor, quien es más pariente
de ustedes que sus propios padres. No se
sometan a nadie más. No dejen que su fe
vacile con cada racha de viento. Su deber
es llevar a cabo sus prácticas espirituales,
inafectados por lo que puedan decir los de-
más, y aferrados al crisol de su propia ex-
periencia. -BABA
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