La erudición intelectual no es esencial para el
aspirante espiritual. Desarrollen la bienaven-
turanza, no mediante el mero manejo de es-
crituras complejas, sino mediante el cultivo
del amor, que comience en sus propios hoga-
res y familias, y se difunda a todas las criatu-
ras del Universo. Dejen esa afilada arma que
busca analizar y trocear los argumentos del
oponente, haciendo pedazos el punto de vis-
ta del otro. Tomen la delicadeza del amor,
y distribúyanla a todos y cada uno; gánense
los corazones recalcitrantes, y den alegría a
todos. Ése es el camino del amor, por el cual
Yo les guiaré. Dios conoce sus nombres, títu-
los, profesiones, estatus y pasado, y se reve-
la a ustedes muchas veces, sólo para satisfa-
cerles y darles un atisbo de Su amor, para que
puedan mezclarlo con un poco del suyo y ale-
grar sus vidas.
-BABA
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