Tomas medicamentos en un vano intento de
escapar de las garras de las enfermedades.
Pero no percibes las enfermedades que car-
comen los órganos vitales de tu felicidad, y
te convierten en un peligro social - las en-
fermedades de la envidia, el odio y la codi-
cia. Toma el mejor medicamento para li-
brarte de esas enfermedades: convéncete
de que el Señor vive en cada corazón, de
modo que cuando infringes dolor, físico o
mental, a cualquiera, estás menosprecian-
do al Señor mismo. Nunca abrigues odio ni
resentimiento en tu corazón. Demuestra tu
resentimiento, si es que debes hacerlo, me-
diante palabras cuidadosamente selecciona-
das, pero nunca mediante la acción. Haz una
introspección y arrepiéntete de tus errores;
y ora pidiendo fuerza para refrenar tus ma-
las tendencias. -BABA
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