La plegaria y el arrepentimiento son las dos
disciplinas mediante las cuales la mente pue-
de ser limpiada de egoísmo y odio; el santo
Thyagaraja fue un excelente ejemplo de có-
mo puede hacerse esto. Sus canciones son
puras y fragantes flores de devoción. Él can-
tó con todo el alma la gloria de Rama, te-
niendo en vista el bienestar individual y el
del mundo. Estaba siempre dedicado al pro-
ceso de examinar sus propias palabras y ac-
ciones, y evaluarlas con la piedra de toque
de la devoción. Como la abeja en busca de
miel vaga examinando las flores, como la en-
redadera se aferra estrechamente al árbol
para no caer, como el torrente discurre ha-
cia el río, y el río hacia el mar, el santo Thya-
garaja anhelaba al Señor Rama. Varias veces
tuvo el Señor Rama que darle audiencia per-
sonal (Darshan) y acudir en su rescate. A tra-
vés de la devoción, Thyagaraja consiguió ex-
perimentar la constante presencia del Señor,
y tuvo siempre paz y alegría.
-BABA
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