Una madre toma en brazos al hijo que ha
ensuciado su camisa y le coloca una nue-
va. La muerte es quitar la camisa sucia
y colocar la limpia. Permitan que la Ma-
dre haga Su voluntad; sean hijos obedien-
tes en Sus manos. Tengan total fe en Su
amor y sabiduría. Sean un instrumento;
sumerjan su voluntad en la Voluntad del
Señor. Esto les salvará de la ansiedad y
el dolor. No pierdan la cabeza si ven per-
sonas que han perdido el rumbo. Eso se-
ría como ver un charco estancado, y por
eso juzgar que el agua de lluvia es sucia.
El agua de sucia es pura; es el suelo lo
que la ensucia. También tengan cuidado
de no criticar a nadie. Eso equivale a cri-
ticar a Dios. Sean conscientes del Dios en
su interior y en todos los demás. Si lo ha-
cen, no hay nada que se iguale a la alegría
y la paz con que serán recompensados. Les
bendigo para que puedan alcanzar esa bie-
naventuranza. -BABA
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