No escasean los buenos libros, que indi-
can cómo vivir felizmente y libres de su-
frimiento; y de ellos se venden miles de
copias. Sin embargo, nada indica que el
contenido de esos libros haya sido leído
y asimilado. Ni los hábitos, ni la conduc-
ta, ni el carácter de los lectores han ex-
perimentado cambio alguno para bien.
El egoísmo y la codicia siguen descon-
trolados; el odio no ha amainado, y la
envidia carcome los órganos vitales de
la sociedad. Por lo tanto, no traten Mis
palabras con ligereza. Decídanse a im-
plementar en sus vidas al menos un con-
sejo, para su crecimiento espiritual.
Cada uno de ustedes debe examinar su
propia estructura mental, y evaluar si
ha usado su discernimiento y tempera-
mento científico (Viveka y Vijnana) pa-
ra revestirse de desapego (Vairagya), y
así no sufrir de apego hacia los objetos
mundanos. -BABA
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