Había una vez un avaro que vivía en una
casa con goteras. El agua de lluvia se co-
laba en su casa a través del techo, y él
soportaba esto pasando la noche senta-
do. Viendo su situación, los vecinos le
sugirieron que hiciera reparar el techo.
El avaro respondió: "Esperemos a que a-
maine la lluvia, ¿cómo podría repararlo
ahora?" Cuando la lluvia se detuvo, él
señaló: "¿Por qué habría de preocupar-
me por las goteras, ahora que dejó de
llover?" No adoptes este enfoque. En
lugar de optar por sufrir cuando lleguen
las lluvias, como seguramente harán,
¿no sería más sabio reparar el techo a-
hora mismo? Este ejemplo demuestra
la importancia que debes dar a familia-
rizarte con los textos de iniciación espi-
ritual, sin posponerlo ni por un momen-
to. Comienza ahora mismo las primeras
lecciones de silencio, oración y repeti-
ción del nombre del Señor. Nunca es de-
masiado temprano para comenzar el via-
je espiritual.
-BABA
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