El servicio al prójimo es más necesario que
el servicio al Señor. De hecho, servir a una
persona es igual que servir al Señor mismo.
Ese es el camino de la verdadera devoción.
Pero, ¿qué medio puede haber de agradar a
Dios, mejor que agradar a Sus hijos? La es-
critura Purusha Sukta describe a Dios como
poseedor de mil cabezas, ojos y pies. Es de-
cir, que todo ser viviente es Dios. Si bien se
mencionan mil cabezas, no hay mención de
mil corazones; hay un solo corazón. La mis-
ma sangre circula a través de todas las cabe-
zas, ojos, pies y miembros. Cuando atiendes
al miembro, atiendes a la persona. Cuando
sirves a un ser humano, sirves a Dios. Cuan-
do tu meta es servir y adorar a Dios, cada
paso produce para ti una fuente de alegría,
y cada momento, cada oportunidad, es un
valioso regalo Suyo.
-BABA
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