Desde el reino del adharma (la injusticia), el mundo
tiene que entrar en la era del Dharma (la rectitud).
Para cultivar la cosecha se requiere un esfuerzo es-
pecial; en cambio, ningún esfuerzo es necesario
cuando se deja que crezcan las hierbas y pastos sil-
vestres. La valiosa cosecha del Sahajadharma (rec-
titud innata) tiene que ser cultivada con cuidado y
atención. Cuando se practica el Dharma, el adhar-
ma declina por su propia cuenta. No es necesario
fatigarse especialmente para erradicarlo. Por es-
tar asociado con la verdad, el Dharma es indestruc-
tible. Para hacer nuevamente visible al Dharma
que había quedado oculto, se debe intensificar su
práctica. Eso es Dharmastapana (establecer la
rectitud). Usando a Arjuna como instrumento, el
Señor Krishna sacó a la luz los códigos de conduc-
ta y maneras de pensar que habían sido estableci-
dos originalmente, y revivió su práctica. Éste no
es un trabajo que pueda ser efectuado por hom-
bres comunes. De modo que el Señor Universal
mismo asumió la tarea, e instruyó al mundo a
través de Arjuna.
-BABA
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