La victoria en elecciones otorga poder sólo
por un período específico. Cuando ese pe-
ríodo termina, el político tiene que compe-
tir una vez más, y buscar votos. De la mis-
ma manera, las buenas acciones hechas con
apego otorgarán un lugar en el Cielo, pero
cuando el depósito se gaste, uno tendrá que
regresar a la Tierra. Alguien que visita la
ciudad con algún dinero en la mano, es amo
de todas las tiendas, cines, hoteles y taxis,
pero sólo en tanto dura el dinero. Cuando la
billetera haya quedado vacía, tendrá que
escapar de vuelta a su aldea, o ciudad de
origen, tal vez como viajero sin boleto, aco-
sado por la policía en cada parada. No, ¡el
Cielo no es la solución para el hambre del
alma! El río debe llegar al mar, no a las
arenas del desierto; las aguas tienen que
fundirse en las aguas. Esa es la consuma-
ción llamada Kaivalya o Sayugya. Manten-
te siempre enfocado en esa meta de fun-
dirte en el Señor Único, y mantén siempre
sujeta tu mente errática.
-BABA
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