Algunos se consideran grandes porque poseen
vastas propiedades o riquezas. Pero la verda-
dera riqueza y la auténtica grandeza consis-
ten en la virtud que gana la Gracia de Dios.
En la épica del Mahabharata, los Kauravas
tenían todo lo que el mundo honra y envidia:
armas, ambiciones, amigos, aliados, fuerzas
y riquezas. Pero Dios no estaba de su lado,
porque eran malvados. Al final, cosecharon
el desastre y la desgracia. De esto puedes
inferir que todas las cosas que el mundo se
enorgullece de poseer, son placeres momen-
táneos. Parecen dar alegría cuando llegan,
pero nos dejan con dolor cuando desapare-
cen, y la alegría es temporal. Sin embargo,
la Gracia de Dios persiste sin cambios, en
todo momento y en todo lugar. Es pura, im-
poluta, invariable, completa y poderosa. Es-
fuérzate por ganar esta Gracia, y la alegría
que fluye de ella.
-BABA
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