Reconocer nuestra divinidad innata, y regular
nuestra vida cotidiana según esa Verdad, son
estrellas para guiar a quienes están atrapados
en las corrientes de luchas y conflictos. Sin
ese conocimiento del Ser Interior, la vida se
convierte en una farsa, una imitación. Adqui-
rir esta conciencia del Ser Interior hace que
la vida sea intensa, dulce y fructífera. Mu-
chos no se percatan de esta noble meta en
el peregrinaje de la vida. Ponen su fe en co-
sas exteriores, planean obtener alegría de y
a través de ellas, y terminan experimentan-
do dolor y desastres. Sepan que todas las a-
legrías nacen sólo del corazón, en el interior
de ustedes. Cuando experimenten alegría a
partir de objetos mundanos o de la gente,
dense cuenta de que es su propia alegría,
reflejada de vuelta hacia ustedes.
-BABA
No hay comentarios:
Publicar un comentario