No necesitas aprender de memoria todos
los slokas (versos) y los comentarios de
las Escrituras, ni competir con académi-
cos exhibiendo tu erudición. Es suficien-
te con que pongas en práctica un solo
verso que se adecúe a tu etapa espiri-
tual, el que más te atraiga. El primer
paso te llevará más cerca del segundo,
y el segundo hará más fácil el tercer
paso, y así hasta el final. ¿De qué sir-
ve un medicamento si se vierte en el
oído? Se debe ingerir para que pueda
actuar y fortalecer la corriente sanguí-
nea, y restaurar la salud. De la mis-
ma manera, no tiene utilidad escuchar
discursos espirituales durante horas.
Absorbe la lección; tómala bien en se-
rio y ponla en práctica. Aplícala en la
vida diaria. Percibe la Divinidad en ti:
ésa es la lección.
-BABA
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