Los hombres y las mujeres deben estar gobernados
por la moralidad. En todos los países, la moralidad
y la integridad deben ser como el aliento vital.
Cuando la gente se adhiera a la moralidad, llegarán
a ser significativos en la vida cotidiana los ideales
de fraternidad, igualdad y libertad. Debido al aban-
dono de los valores morales, hoy hallamos a la so-
ciedad llena de desorden e inquietud. El mundo se
verá aliviado de la violencia sólo cuando el proceso
en ciencias y tecnología esté acompañado por el de-
sarrollo de los valores éticos y espirituales. En la
esfera económica, cuando nuestros deseos sean go-
bernados por la rectitud, surgirá en la persona un
impulso divino. Cuando la búsqueda y la preocu-
pación por los deseos mundanos esté basada en la
rectitud (Dharma), la mente se volverá espontá-
neamente hacia Dios.
-BABA
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