AMA A TODOS, SIRVE A TODOS

miércoles, 20 de julio de 2011

El Señor es nuestro pariente invariable



No confundan estas residencias temporales con
su morada eterna.  No se descorazonen ante los
problemas evanescentes ni ante las tragedias e-
fímeras.  Sumérjanse en el esfuerzo por alcan-
zar al Señor eterno.  Todo en este mundo está
sujeto a declinar - si no hoy, al menos mañana,
está sujeto a desintegrarse.  No es correcto re-
chazar al Señor, que está relacionado con uste-
des eternamente, para distraerse por este mun-
do con el cual nos relacionamos por un breve
lapso.  Consideren el número de nacimientos
que han tenido, las incontables madres, pa-
dres, esposas, esposos, hijos, hijas, amigos y
enemigos que han tenido.  ¿Acaso subsisten
hoy?  ¿Recuerdan ellos la relación?  Para ellos
ustedes no existen, y ellos no existen para us-
tedes.  Pero ustedes y ellos tienen en común
al Señor, como el pariente invariable.  Él sub-
siste a lo largo de todos los nacimientos; Él es
eterno.  Les vigila de nacimiento en nacimien-
to.  El Señor nunca los abandonará.  ¿Qué tra-
gedía sería peor que olvidar a un Señor así?
                     -BABA 


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