AMA A TODOS, SIRVE A TODOS

domingo, 11 de diciembre de 2011

Considera la felicidad y la desdicha como obsequios de Dios




La felicidad hace que olvidemos nuestras obliga-
ciones hacia nosotros mismos como seres huma-
nos.  Nos arrastra al egoísmo, induciéndonos a
cometer pecados.  La felicidad tiende un velo
sobre las experiencias que nos hacen fuertes.
También disminuye nuestro caudal de mérito,
y despierta pasiones inferiores.  Por otra parte,
la aflicción hace al ser humano alerta y vigilan-
te.  La desdicha nos hace pensar, y mejorarnos
a nosotros mismos.  También nos dota de nue-
vas y valiosas experiencias, y resalta el valor 
de la felicidad. Date cuenta de que la felicidad
y la desdicha son inseparables, y no puedes ele-
gir sólo una de ellas.  Trata los problemas y tri-
bulaciones como a amigos; o al menos, no los
veas como enemigos.  Es mejor considerar la
felicidad y la desdicha como obsequios de Dios.
Éste es el camino más fácil para la liberación.
                 -BABA 


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