Cierra los ojos durante cinco minutos y
piensa acerca del beneficio que tu es-
fuerzo ha logrado para ti. Un deseo
siempre conduce a otro, y esto prosi-
gue, como una cadena que no acaba
nunca. En un principio deseas casar-
te, luego tener una hija o un hijo; des-
pués de esto deseas terminar su edu-
cación, su matrimonio, y la lista si-
gue y sigue. La alegría que obtene-
mos al satisfacer cualquier deseo es
imperfecta, limitada, temporal y pla-
gada de sufrimiento. El secreto de la
auténtica felicidad reside en vayragia
(desapego). Sobre la lengua se desli-
zan aceites, grasas y sustancias graso-
sas, pero a ella no le afectan, y no se
queda engrasada. También la mente
debe domarse para que no se vea afec-
tada por experiencias de éxito y fra-
caso, ganancia y pérdida, o bienestar
y enfermedad. Practica la entrega a
los pies del Señor, en todo momento;
que Su voluntad prevalezca.
-BABA
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