La mente tiene una tendencia innata a
fundirse con todo lo que toca; ansía es-
ta fusión, y por lo tanto está siempre
agitada e inquieta. Pero mediante la
práctica y el entrenamiento constan-
tes, puede orientarse hacia el Pranava
(Om, el Sonido Primordial) y se le pue-
de enseñar a ser una con él. La men-
te es atraída naturalmente por el so-
nido, y por eso se la compara con una
serpiente. La serpiente tiene dos cru-
das cualidades: una, su tortuosa mar-
cha, y la otra, la tendencia a morder
todo lo que se le pone por delante.
Los seres humanos también buscan
apoderarse y poseer todo aquello so-
bre lo que posan sus ojos; la gente
también se moviliza de forma tortuo-
sa. Pero hay un rasgo encomiable en
la serpiente: por más venenosa y mor-
tífera que pueda ser su naturaleza,
cuando suenan los acordes de la músi-
ca del encantador, ella extiende su
caperuza y se funde con la dulzura de
esa melodía, olvidando todo lo demás.
De la misma manera, las personas pue-
den, mediante la práctica, fundirse
en el éxtasis del Pranava.
-BABA
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