Abandona la idea de que eres el hacedor
y el beneficiario, dedicando a Dios tanto
la acción como su fruto. Así ningún pe-
cado podrá afectarte, pues no eres el
hacedor, y seguramente la acción debe
ser sagrada. Así como el aceite sobre la
lengua y la hoja de loto sobre el agua,
la acción está contigo, pero no te per-
tenece. La alegría que se deriva del
mundo exterior abre las compuertas
del sufrimiento; es fugaz. Pero tú e-
res eterno, la fuente misma de la bie-
naventuranza. Atma swarupa (la en-
carnación de la Divinidad); ésa es tu
auténtica naturaleza. No estás rela-
cionado con esas actividades que se
llaman acciones, ni con sus conse-
cuencias, que actualmente tomas e-
rróneamente por reales. Por lo tanto,
en todo lo que hagas, oigas o veas,
deberás permanecer inalterado, i-
nocente de escuchar o ver. Recuer-
da siempre esto: no eres el hacedor;
eres sólo el testigo, el observador.
Por lo tanto, puedes emprender con-
fiadamente toda tarea, y con firme-
za abandonar el fruto de tus activi-
dades, dedicándoselas al Señor.
-BABA
No hay comentarios:
Publicar un comentario