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viernes, 24 de agosto de 2012

El Padre Charles Ogada cuenta una anécdota






              Durante el segundo día de mi visita a Prasanthi Nilayam el año pasado, me encontraba sentado junto a otros devotos en la segunda fila, esperando por el Darshan de Swami.  Él vino y se paró en frente de mí.  Me miró a los ojos con un amor infinito.  El silencio en Sus ojos derritió todo mi ser.  De repente me preguntó: "¿De dónde vienes?"  Yo contesté: "De Nigeria".  (En realidad, el Ser no viene ni va, ya que no existe lugar donde no esté).  "¿Cuántos son?" -preguntó de nuevo.  Yo dije "Uno" - no porque yo sepa que solamente existe Uno, sino porque vine solo.  Con un suave gesto con la cabeza y la sonrisa más fascinante, me dijo: "Ve".

       Después del Darshan, Baba vino e introdujo a todos aquellos a los que había concedido una entrevista a la habitación para tal efecto.  Yo me senté al fondo de la habitación.  En realidad, me encontraba totalmente inmerso en la felicidad de Su Divina Presencia.  Él estaba hablándoles a otros devotos y materializándoles diferentes objetos.  De repente, como si fuera un rayo en el cielo, se volvió hacia mí y me preguntó: "¿Cómo están tus esposas?"

       La pregunta me hizo salir abruptamente del sueño de mi beatitud.  Uno puede imaginarse la confusión que creó en mí Baba.  Él sabía que yo no tenía esposas.  Los sacerdotes católicos se supone que no deben casarse, ¡mucho menos tener varias esposas!  Pero yo sabía que sus palabras debían tener un significado más profundo.  Mi mente estaba embotada.  Abrí la boca varias veces y simplemente la volví a cerrar, incapaz de pronunciar ni una palabra.  Toda la atención de los presentes estaba fija en mí.  El resto de los devotos en la sala de entrevistas se preguntaban porqué este africano no respondía a la pregunta de Baba.  Debían pensar que yo era musulmán, debido a la ropa que vestía.  Baba me ignoró en mi ignorancia y mi mente comenzó a volar en muchas direcciones.

       Algo después, Baba me dijo en una entrevista privada: "A veces quieres casarte y a veces no quieres casarte.  No te preocupes.  Tú eres Mío."  Incluso después de eso, no podía comprender porqué me preguntó sobre mis 'esposas', cuando no tengo ninguna.

       Hasta que un día, escuché la historia de ciertos devotos musulmanes a los que Baba concedió una entrevista.  Durante esa entrevista, una señora le hizo a Baba la siguiente pregunta: "Baba, ¿por qué Mahoma tuvo once esposas?"  Baba miró hacia arriba con un gesto de sorpresa en el rostro y dijo: "¿Mahoma?...¿Once esposas?... No, no.  Mahoma tuvo sólo una esposa: Alá."

       Cuando escuché esta historia me quedé perplejo.  Comprendí en un instante lo que Baba quiso decirme al preguntarme "¿Cómo están tus esposas?"  Aunque el Profeta tuvo muchas esposas, en realidad no tenía ninguna, porque su único pensamiento era Alá.  Siendo yo soltero, tenía muchas esposas, ya que muchos pensamientos ocupaban mi mente.  El verdadero celibato es ese estado en el cual la mente se ha unido a Dios.  Cuando la mente se halla llena de pensamientos, está también llena de preocupaciones.  Por eso Baba me dijo: "No te preocupes.  Tú eres Mío."  Es decir, 'vacía la mente de todo pensamiento y Yo la llenaré'.  Cuando la mente está llena de Dios, se convierte, como el corazón del Profeta, en un habitáculo de sabiduría.

       Este encuentro con Baba me ha ayudado a vivir mi voto de celibato más íntima y alegremente.  Como sacerdote, pertenezco a una congregación religiosa llamada los Padres y Hermanos del Espíritu Santo, y tomamos el voto de celibato.  Por ejemplo, actualmente se ha dicho mucho sobre el celibato católico, como lo que está ocurriendo en América.  El problema no estriba en estar casado o no.  El problema está en la mente.  El celibato es el estado donde uno está consciente de Dios en todo momento y en cualquier circunstancia.



         (Traducido del Sanathana Sarathi de Junio del 2012 por Cristian Fernández) 




     

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