AMA A TODOS, SIRVE A TODOS

miércoles, 4 de julio de 2012

La dicha verdadera




Puede que la boca pronuncie el Nombre del
Señor, puede que el oído esté abierto cuan-
do se recita la gloria de Dios, y puede que
la mano esparza flores sobre la imagen de
Dios, pero nada de esto sirve si se efectúa
mecánicamente, sin un anhelo interior.
Leer las Escrituras o llevar a cabo una ado-
ración, sin deleitarse en su dulzura, equi-
vale a ser como la cuchara, que se sumer-
ge en lo agrio y lo dulce con igual afán e
insensibilidad.  La cuchara no rehusa ni
paladea sabor alguno.  La dicha verdade-
ra sólo se puede sentir cuando el corazón
del devoto está consciente del Supremo;
cuando la mente se emociona con el re-
cuerdo de la gloria de Dios o con el estu-
dio de las Escrituras.
                 -BABA



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