La mayor parte de ustedes me oyen decir
muchas cosas una y otra vez, año tras año.
Pero pocos dan siquiera el primer paso en
el camino espiritual. Hasta toman apun-
tes de mis discursos, con el propósito de
leerlos repetidamente. Pero sin la prác-
tica, todo esto es un mero desperdicio.
Puede que ustedes hablen en un estilo
rimbonbante y ostentoso. Sepan que no
son juzgados por su lengua, sino por su
actividad y actitud. En la espiritualidad
no hay cabida para la hipocresía ni la
doble cara. Deben caminar con confian-
za por el sendero recto y angosto, ha-
ciendo de la Verdad y el Amor sus com-
pañeros y guías constantes.
-BABA
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