Cada uno obtiene el resultado que merece su
práctica espiritual (Sadhana), y que le otor-
gan sus actos en este nacimiento y los pre-
vios. En la épica del Ramayana, el demonía-
co rey Ravana tenía erudición, fuerza, rique-
za, poder, autoridad, e incluso la Gracia de
Dios - pero el virus de la lujuria y el orgullo,
que tenía alojados en la mente, le acarrea-
ron su destrucción, a pesar de todos los lo-
gros. Él no lograba estar en paz ni siquiera
un momento, después de que la 'infección'
hubiera comenzado a trabajar. La vida es
una campaña constante contra muchos ene-
migos; es una batalla contra los obstáculos,
las tentaciones, las penurias y las vacila-
ciones. Estos enemigos están presentes en
el interior de todos los seres, y por tanto la
batalla es incesante y perpetua. Cada per-
sona difiere de las demás, en esta lucha con-
tra los atacantes interiores. Como los virus,
que prosperan en la corriente sanguínea, los
vicios de la lujuria, la codicia, el odio, la ma-
licia, el orgullo y la envidia debilitan la ener-
gía y la fe de los seres humanos, hasta que
finalmente terminan cayendo. Por lo tanto,
recuerden siempre esto: la Virtud es fuerza;
el vicio es debilidad.
-BABA
No hay comentarios:
Publicar un comentario