¡A cuántos hombres y mujeres en el mundo
se les llama artistas! Y en efecto, compo-
nen, escriben, peinan, cantan, interpretan,
danzan... Pero ellos, profundamente, ¿qué
son? Desde del punto de vista de la ciencia
iniciática, el verdadero artista es aquél que
quiere que la belleza y la armonía de la crea-
ción pasen a través suyo, se reflejen a través
suyo. Por eso toma su propia carne como ma-
teria para esculpir, como lienzo para pintar;
y su cincel o sus pinceles son sus pensamien-
tos y sus sentimientos. La belleza es una rea-
lidad viva cuya fuente permanece oculta en
lo más profundo del ser y que, cuando brota,
impregna todo el cuerpo, la piel, la mirada,
la sonrisa e incluso la voz. Pero sólo los pen-
samientos luminosos y los sentimientos de
amor desinteresado pueden daros esa belle-
za. Y entonces, a dondequiera que vayáis,
dejaréis a vuestro paso el perfume de las
flores que se abren y de los frutos que ma-
duran en el jardín de vuestra alma.
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