Cuando las nubes que ocultan la faz de
la luna son empujadas por los vientos,
la luna brilla clara y fresca; de la mis-
ma manera, cuando las nubes del ego-
ísmo son aventadas, la mente del ser
humano brilla pura y plena, con su ful-
gor natural. Ésta es la etapa de la bie-
naventuranza, en que el sufrimiento
deja de existir. Donde hay una lámpa-
ra, no puede existir la oscuridad. La
lámpara de la sabiduría (Jnana), una
vez encendida, nunca se apaga, se a-
tenúa ni parpadea. La felicidad (Anan-
da) y la paz (Shanti) que los hombres,
impulsados por sus sentidos, buscan
en los objetos del mundo, parpadean
y pronto se atenúan y apagan. Satis-
facen sólo momentáneamente nues-
tras ingenuas ansias. Se obtienen a
través de la lujuria, la ira, el odio y
la envidia, y son, por lo tanto, falsas
y volubles. A estos últimos contróla-
los y conquístalos; sólo entonces po-
drás obtener verdadero Ananda y
Shanti. Estos no se atenúan ni par-
padean. No sólo puedes adquirir-
los; de hecho, puedes convertirte
en ellos. -BABA
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