Cuando unas pocas piedrecillas se mezclan en
el arroz y quedan entre los dientes, nos lamen-
tamos con disgusto de que el plato de arroz no
es más que un plato de piedras. Está en la na-
turaleza humana el exagerar para crear una im-
presión. A menudo la gente trata la alegría co-
mo incidental e insignificante, y se fija más en
el pesar y el dolor. No cedan cuando estén en
tiempos de problemas. La causa fundamental
de las pérdidas, los problemas, la pobreza y las
dificultades, es la pérdida de autoconfianza y
entusiasmo. El secreto de la fuerza y el coraje
reside dentro de ustedes mismos. Entre noso-
tros están presentes buenas personas y simpa-
tizantes, imbuídos de espontaneidad, sacrifi-
cio y espíritu de desapego. Tengan fe y no de-
sesperen, ni pierdan la fe en sí mismos ni en
Dios. Con fe sincera actúen, hablen y piensen
de manera tal que Dios resulte complacido, y
entréguense a Él por completo. Sean puros,
sean simples, sean sinceros, y Él responderá
a su agónico llamado.
-BABA
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