En el firmamento del corazón, el intelecto
(el Sol) y la mente (la Luna) giran en sus
trayectorias habituales. Si la envidia, la
codicia, el odio o la maldad oscurecen su
gloria, tenemos que desecharlas, como nu-
bes pasajeras que no pueden afectar a las
fuentes de luz. Cuanto más razones las co-
sas, más clara se hará la realidad. La ca-
pacidad de raciocinio nunca será un estor-
bo para el descubrimiento de la Verdad.
Eso sí, tienes que ir tan lejos como la ra-
zón te lleve; entonces podrás ver los vas-
tos panoramas que hay más allá. El ser
humano ha sido dotado de enormes, in-
conmensurables talentos, habilidades y
poderes; pero está utilizando todo eso
para viajar a la Luna, en vez de viajar
hacia el país de las maravillas de nues-
tros propios mundos interiores, en los
que podemos encontrarnos cara a cara
con Dios, quien es la Realidad profunda
de todo este mundo fenoménico.
-BABA
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