Tienes que llegar a ser divino, la Divinidad
desde la cual has llegado. De modo que dis-
minuye tu apego al mundo, no separándote
del mundo, sino estando en él como un ins-
trumento en Sus manos. Para percatarte de
la omnipotente Divinidad dentro de ti, reco-
noce tu parentesco con el Universo. Mantén
tu cuerpo en forma, liviano y energético. No
le añadas la carga del apego a esto o lo de
más allá. Somete las cabezas de todas tus
tendencias interiores que te conducen al ego-
ísmo. Presta una atención concentrada a los
dictados de Dios, y practica la rectitud. Edi-
son, el gran científico, se concentraba tanto
en la solución de los problemas que le preocu-
paban, que a veces dejaba la comida intacta
durante días enteros, cuando se la pasaban
por la puerta de su laboratorio. Debes tener
esa misma concentración y fervor cuando te
dedicas a las prácticas espirituales.
-BABA
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