El árbol de la vida puede dar el fruto de la
bienaventuranza sólo cuando se le riega
con la virtud y se le nutre con la fe. El es-
tar abastecidos de alimento, vestimenta y
techo no asegura la paz y la alegría; éstas
sólo pueden llegar a través de la virtud y
la fe. Sólo la virtud puede otorgar amor
y empatía. Ahora estamos poniendo el ca-
rruaje (el cuerpo) delante del caballo (la
mente) y aportando para la seguridad y
fuerza del carruaje sólamente. Permiti-
mos que el caballo (la mente) se haga
salvaje o pase hambre. La armonía en el
hogar y en la sociedad únicamente pue-
de provenir del reconocimiento de la Uni-
dad de todo. Sólo las virtudes pueden o-
torgar amor y empatía, paz y alegría, a
todos y cada uno.
-BABA
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