Estén siempre vigilantes

El engreimiento, los celos, la ira, el ansia por

informarnos de las debilidades de los demás y

de sus puntos débiles y ardides - todos ellos son

obstáculos en el camino espiritual.  Aunque no

se exhiban visiblemente, los impulsos interiores

que nos conducen hacia esas direcciones erró-

neas están latentes en la mente.  Así como un

cuarto que permaneció cerrado mucho tiempo,

malholiente y polvoriento al abrirlo, se puede

asear y hacer habitable mediante un barrido y

limpieza prolijos, así también debe ser aseada

la mente a través de la meditación.  La sucie-

dad acumulada tiene que quitarse poco a poco

y sistemáticamente, mediante los adecuados

hábitos disciplinarios.  El engreimiento, por e-

jemplo, está muy arraigado y es muy tenaz.

Por algún tiempo puede aparentar que está se-

co y muerto, pero fácilmente brota de nuevo.

A la primera oportunidad se ramifica por la

mente y se extiende por todas direcciones.

Por lo tanto, estén siempre vigilantes.

                -BABA