Al morir, nadie puede llevarse la riqueza del
mundo. Esto es un hecho que hemos obser-
vado a lo largo de la historia de la humani-
dad. Muchos grandes reyes, emperadores,
santos y videntes han partido sin llevarse na-
da. Cuando naces no traes nada. Para lle-
var una vida fructífera y significativa, presta
servicio a la humanidad, lo cual te acercará
a Dios. La vida es como un partido de fút-
bol. En el juego, seis jugadores de cada la-
do* patean el balón hasta que éste atravie-
sa la meta. De un lado están las seis malas
cualidades: lujuria, ira, codicia, deseo, va-
nidad y envidia; del otro lado están las bue-
nas cualidades: verdad, rectitud, paz, amor,
inofensividad y sacrificio. El partido es entre
estos dos equipos. Debes jugar el partido te-
niendo como meta que, habiendo nacido hu-
mano, ya no debes nacer nuevamente.
-BABA
*NOTA.- Fútbol de interior
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