Todos ustedes son encarnaciones de la Divinidad.
Sus formas son divinas. Ustedes y Dios son uno
solo. Ustedes no son diferentes de Dios. Expe-
rimenten esta unidad. Esta unidad es la Verdad.
La unidad es la Divinidad. Dios no está separado
de ustedes. Si olvidan su propia naturaleza, eso
equivale a olvidar todo lo demás. Nunca olviden
su propia realidad. Teniendo en mente esa rea-
lidad, mediten sobre ella. Recuerden siempre es-
ta verdad: "Dondequiera que me halle, siempre
soy divino". Aférrense a esta firme convicción,
sin vacilar. Bajo ninguna circunstancia abando-
nen esta fe, ni su amor hacia Dios. Nunca per-
mitan que esta fe sea trastornada por objetos
del mundo. Mantengan a salvo este amor. Si
meditan así, en su propia divinidad innata, per-
cibirán la unidad entre ustedes mismos y la Di-
vinidad. De hecho, esa unidad es la Divinidad.
-BABA
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