Puedes pensar que disfrutas de los placeres; pero
en realidad son los placeres los que disfrutan de
ti. Drenan tus energías, secan tu discernimiento,
consumen tus años de vida e infestan tu mente de
egoísmo, envidia, maldad, odio, codicia y lujuria.
Muchos que dicen reverenciar a los Vedas y los Sas-
tras (sagradas escrituras) no practican lo que ense-
ñan. Las escrituras enseñan que es importante erra-
dicar del jardín de tu mente las malezas de la luju-
ria y la codicia, del odio y la vanidad. En el terre-
no así despejado, siembra las plantas de fragantes
flores de Prema (amor), y cultiva los árboles de dul-
ce fruto del Dharma (virtud). Nunca te lances a la
acción bajo el influjo de impulsos momentáneos;
pondera profundamente los pros y los contras; com-
para los beneficios esperados con el daño probable;
después actúa, de forma tal de escapar del dolor y
no infringir dolor a los demás. Esto es cierto tanto
para los asuntos mundanos, como en el campo espi-
ritual. -BABA
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