La concentración, según las Sagradas Escrituras,
es fijar la mente en un objeto, sin desviación
alguna. Para concentrarnos o meditar en Dios,
debemos tener como base a los Satva-Gunas
(cualidades puras). La mente debe purificarse
mediante el tratamiento adecuado del carácter,
a través de los buenos hábitos. Todo esfuerzo
por concentrarnos sin limpiar antes la mente,
es una absoluta pérdida de tiempo. Muchos
han arruinado sus carreras por aspirar demasia-
do pronto a la concentración, sin practicar la
disciplina de los buenos hábitos. Sólo la con-
centración puede cancelar la vacilación y la
inactividad, y otorgar el éxito en cualquier
empresa. En la espiritualidad, adoptar el
nombre de Dios y concentrarse es esencial
para la meditación, pues sólo eso puede ga-
rantizar un éxito rápido. Incluso si no so-
breviene pronto una fe completa, no debe-
mos abandonar ni cambiar de rumbo, por-
que la práctica otorgará con seguridad la
victoria. La meditación es la fuerza espi-
ritual que mantendrá a raya a la enferme-
dad de Samsara (lo mundano).
-BABA
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